Beit Jala se ubica junto a las ciudades vecinas de Belén y Beit Sahour, ubicándose a sólo 2 km de distancia del centro de Belén y a 7 km de distancia de la capital de Palestina, Jerusalem.

Esta hermosa pequeña ciudad, que cuenta con aproximadamente 15.000 habitantes, se encuentra ubicada a 900 msnm sobre la ladera de un cerro cubierto de árboles de olivo (muchos centenarios e incluso de la época de Jesucristo), viñedos y plantaciones frutales.

Turismo

Dado su agradable clima y hermoso paisaje y naturaleza se ha convertido en un lugar muy visitado que en conjunto con las praderas de Beit Sahour y el encanto turístico de Belén convierten a esta zona de Palestina en un sitio privilegiado para el desarrollo del turismo.

Economía local

La actividad comercial de Beit Jala se centra principalmente en la explotación de lo olivos desarrollando industrias de reconocido aceite de oliva de alto nivel y madera de olivo para artesanías además de vinos, entre los que destacan los producidos por monjes de distintas ordenes que habitan monasterios ubicados en la ciudad y sus alrededores (especialmente el vino producido por sacerdotes italianos del Monasterio de Cremiso).

Otra destacada fuente productiva es la explotación y exportación de piedras labradas, mármoles y ladrillos que son obtenidos de canteras en los alrededores de la ciudad cuya fama es reconocida y data desde cientos de años. Las piedras obtenidas de sus canteras han estado presentes y están actualmente en destacados edificios y construcciones tanto antiguas como modernas en Belén y Jerusalem.

De igual manera, Beit Jala es una de las zonas de Palestina que se destaca por el desarrollo de bordados tradicionales tanto para ropas como para artículos decorativos destacándolos en trajes típicos, cojines y colgantes decorativos.

Patrimonio artístico

Debido al carácter religioso de la zona donde se encuentra Beit Jala, la ciudad cuenta con muchas destacadas construcciones de iglesias donde destaca principalmente la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia de la Virgen, ambas cristianas ortodoxas cuyas aportes arquitectónicos realzan la belleza de la ciudad.

Inmigrantes en Latinoamérica

La población de Beit Jala tiene estrechos lazos con Latinoamérica, especialmente con Chile debido a que la inmigración palestina que llegó a Chile a inicios del siglo XX provenía en gran parte de esa ciudad, manteniendo la mayoría, vínculos familiares directos con los residentes de Beit Jala.

Desde 1995, fecha en que Beit Jala volvió a soberanía palestina, se ha producido un notorio desarrollo inmobiliario que ha permitido la renovación de la ciudad a través de la construcción de nuevos edificios, hoteles, centros culturales y facilidades para el turismo.